Por Alberto
Traté de contener la sonrisa.
Alice me debe estar odiando, pero no es solamente el cachet de su hermana, son 25 modelos los contratados.
Voy a enterarme dónde queda su oficina.
Al parecer toma en serio la representación de los modelos.
Creció como mujer, pero también lo hizo como persona.
Recordé que Lima le estaba pagando la carrera de publicidad y marketing.
¿Seguirá trabajando para Lima?
¿Por eso tiene las mañanas ocupadas?
Mi teléfono suena.
-Soy yo, te pasé la dirección de la oficina de Alice y su número de teléfono.
Nuevamente las ojeras debajo de sus ojos me decían lo mal que estaba.
Quería llorar.
Chiquita, hago esto para convencerte de que puedo hacerte feliz, pensaba en silencio.
-A las 15, mañana.
Dice Ricardo.
Alice no volvió a hablar, posiblemente tenga un nudo en la garganta y me estaba maldiciendo mentalmente.
Nosotros seguimos hablando de las distintas publicidades dónde Elisa iba a ser la protagonista.
Hablamos de los gráficos, de carteles en las canchas d