Por Alice
Eli estaba feliz, iba a hacer una pequeña presentación en un shopping muy exclusivo de la ciudad.
Realmente se estaba destacando, Humberto habló conmigo y me dijo, que la contratara como la primera cara visible en Lima división Teeneger.
Eli brillaba.
A instancias de ella, me transformé en su representante, me comuniqué con varias productoras y estábamos a la espera de algunas posibilidades de trabajo.
La madre de uno de los adolescentes me habló para preguntarme si yo podía representarlo, luego un amigo de ese joven me pidió lo mismo y más tarde la hermana de una amiga suya, mayor de edad, me dijo que la represente.
En unos meses estaba representando a unos cuántos jóvenes con esperanzas de convertirse en modelos y ser famosos.
Mi trabajo en Lima seguía, pero en la hora de mi almuerzo, mi actividad era hablar con productoras y conseguir casting para esa muchachada.
Por la tarde noche, yo seguía estudiando publicidad.
Le había añadido dos materias que cursaba los sábados.
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