Arnold está enojado, pero poco me importa lo que él sienta, ya que, yo he estado enojada con él durante todo este tiempo y no le ha importado en lo absoluto.
— ¿Qué vas a hacerme por intentar escapar? ¿Piensas golpearme o tirarme con ellos?
— Deja de ser una perra traidora.
— ¿Por qué llamas traición esto si nunca te he dicho que estoy de acuerdo con la vida que me estás dando?
Arnold suspira profundo, la paciencia se le ha agotado y por eso, camina conmigo hasta encontrar la puerta que nos lleva a un patio completamente enrejado.
— Contigo hablaré después de esto.
— No hay algo que hablar, Arnold. Yo no quiero estar contigo y por eso, buscaré cualquier oportunidad que tenga para dejarte.
— Está bien, hazlo. Pero, te aseguro que con ellos no duras tantas semanas con vida, porque ellos solo van a quererte porque me interesas. Así que, utiliza un poco tu inteligencia, Eva. Porque dudo que esos bastardos tengan la paciencia que yo te he tenido. — dice él saltando para aferrarse a las rej