Una semana después
Estoy cansada, cocinar tres veces al día es demasiado agotador y lo peor de todo es hacerlo embarazada y en un barco donde los golpes de las olas son más fuertes que otros y a nadie le importa.Pero, afortunadamente, las veces que he vomitado, como ya siento cuando va a darme ganas de vomitar, agarro el valde y así me ahorro que Damián o alguien de su gente me agarre.— ¿Cómo te sientes, pequeña? Parece que hoy estás mejor que antes. — dice Luise.— He vomitado menos.— Eso es bueno, porque ya estamos llegando a nuestro destino, en una hora estarás en tierra firme.— ¿No van a matarme cuando salga del barco? — pregunto preocupada, porque no le agrado en lo absoluto a Damián, pero, afortunadamente le agrado a otros chicos.— Sé que no le agradas a nuestro líder, pero, si no lo haces enojar de