Narra Arnold.
Estos perros no dejan de causar problemas aunque los asesine. Es como si fueran unas malditas ratas o cucarachas que nunca acaban, demostrándome que hice bien en llevar lejos a Eva, porque ella no soportaría algo así.Sin embargo, sigo sintiendo que algo no está bien y por eso, ordeno una avioneta para ir a verla. Ya no puedo soportar más tiempo viéndola solo por fotos mientras estos perros siguen molestándome.Es entonces, cuando el primer mensaje de mis escoltas llega, uno tan raro que me hace sospechar, porque aunque usa el código clave para comunicarnos, sigue siendo extraño; no me ha mandado videos de mi esposa.— Miguel, entra a las cámaras de la casa, necesito saber si solo estoy siendo supersticioso o algo le ha sucedido a mi esposa. — digo con enojo.— Jefe, estoy enviando…— ¿Debo preguntar de nuevo?— Parece que