Alexander se reunió con Bryan un jueves, en el mejor restaurante italiano de la ciudad, justo al inicio de la tarde-noche, conversaron un buen rato sobre cosas triviales, él le contó que se estaba comenzando a enamorar de Carol a lo que el otro le dio algunos truquillos para conquistarla, mi amigo lo escuchaba muy atentamente. Me di cuenta de que le estaba diciendo las técnicas que él había puesto en práctica para conquistarme, me dio un poco de gracia y ternura, desde esta perspectiva podía ver como él hablaba de mí, lo que pensaba de forma indirecta... Me arrepentí de haber desperdiciado tanto tiempo odiándolo, no valió la pena todo ese sufrimiento.

—¿Y cómo está ella?—preguntó Bryan, refiriéndose a mí.

—No muy bien—contestó Alexander, bajando la vista, se notaba a leguas que el solo hablar de eso lo afectaba—recibió cuatro impactos, perdió mucha sangre, está en coma y además... Ella tiene siete meses de embarazo—en el rostro de Bryan se reflejo la sorpresa—pero el bebé está más