Mi amiga llamó a Alexander para decirle que tenía que hablar con él en persona, a pesar de que Alyla intentó intervenir para que la cita no se concretara no lo logró aún cuando casi siempre convencía a su padre con sus jugarretas y trucos de niña mimada. Ella y Zett ya estaban advertidos de lo que se venía a continuación, ambos estaban nerviosos y quizás yo les coloqué un peso demasiado grande para ser tan pequeños pero no quería que pensarán que yo había engañado a su padre sería un golpe demasiado doloroso, yo ya había pasado por eso y conocía el malestar.
Así que me preparé para lo peor, al menos los más pequeños de la familia lo sabían. A Tamyria pareció no importarle pues estaba en medio de su delirio post-pelea, sufriendo como una magdalena, derramando lágrimas de cocodrilo como era típico de ella. Así que bueno, en vista de que todas las personas adultas en esa casa tenían un déficit intelectual al parecer no me quedo más que esperar lo peor.
Y en ese momento tuve una visión