67. El secreto de Tony
Noah estaba lejos de mí. Firenze estaba lejos de mí. Y aunque esta vez tenía muy claro lo que había ocurrido, no sabía qué demonios había visto en su celular que la hizo marcharse sin siquiera mirarme a la cara.
Busqué en las redes sociales de Fabiana, pero cualquier prueba había sido eliminada.
Intenté llamarla. Silencio. Intenté escribirle, pero no respondió.
Tenía que actuar de inmediato, así que manejé hasta el otro extremo de la ciudad, carcomido por la furia. ¿Quién se creía esa mujer para meterse conmigo, para desafiarme de esa manera?
Pensaba en eso sin darme cuenta de que, a lo largo del tiempo, yo había sido demasiado ingenuo.
—Sr. Tony, buenas noches. Su viaje duró mucho esta vez —saludó el conserje del edificio.
Seguí caminando sin responder. ¿Quién demonios se creía ese tipo para llevar la cuenta de mis visitas? No era más que un portero. Subí al ascensor tratando de calmarme, pero la imagen de Firenze partiendo con Noah solo avivaba mi enojo.
Cuando entré al departamento,