El vuelo fue corto, pero suficiente para obligarme a reflexionar. Ya había pasado un año desde que Firezne volvió a mi vida. Un año sin Grace. Un año viviendo solo en el departamento de la bahía, el cuál compré para ser mi templo de la soltería. Una década después, ya no encontraba satisfacción en eso. Tomar la decisión de vivir con Grace había sido apresurado y terminó complicándolo todo. Ahora, con Firenze, no podía permitirme los mismos errores. El tiempo… mi tiempo ya no era el mismo.
Al llegar al resort, noté una conversación extraña entre mi madre y Sofía. Se llevaban tan bien que siempre parecían madre e hija, pero esta vez, la tensión entre ellas era evidente. Kelly, por su parte, tampoco parecía muy contenta cuando se acercó a increparme.
—Tony, ¿aceptaste compartir habitación con Katherine? No creo que Firenze lo tome bien.
Rodé los ojos.
—Kelly, ¿planeas contarle cada detalle de este viaje?
—No me meteré en tu vida, ya estás bastante grandecito para no cometer los mismos er