El deseo de Eleanor no se cumplió, y en cambio, no volvió a ver a Astor después de aquella noche en la que se hizo el “ritual”, buscó la manera de acercarse, pero la respuesta siempre fue la misma: “ocupado con…” “ausente hasta…” “fue a visitar a…” “tiene invitados…”, comenzaba a desesperarse y pensó que había hecho mal, no entendía lo que pasaba.

—Es normal que no haya podido recibirla, señorita — le dijo Cordelia, después de la segunda semana de no verlo — Estuvo bastante alejado de los asuntos del reino, seguramente tenga muchos pendientes y además está el problema con su primo, su alteza Hakim. Ahora que esta recuperado, debe encargarse de todos esos pendientes.

—Sé que esta ocupado, pero ¿tanto para no poder verme durante un momento?

—No quiero ser grosera, señorita. — interrumpió Alcira — Pero debe recordar cual es su posición, no debería demandar tanta atención de su majestad, él no es cualquier persona, recuérdelo.

Las palabras molestaron a Cordelia, que la miró con terribles