Ulises se dio vuelta y se fue, quedándose un poco absorto en sus pensamientos. ¿Por qué tanta gente pensaba que le gustaba Marisela?
Germán lo había dicho, Celeste también lo había insinuado, luego Lorenzo, y ahora hasta Daniel pensaba lo mismo.
Lo que había hecho por Marisela no era más que pequeños favores, ¿tan fácil era crear malentendidos?
Además, tampoco sentía que hubiera ayudado tanto, solo habían sido cosas menores.
De vuelta en su escritorio, Ulises miró su teléfono.
Originalmente quería contarle a Marisela que Daniel había aceptado dar garantías, pero recordando las palabras de Daniel, borró lo que había escrito y en su lugar le envió el mensaje a Celeste.
De todas formas Celeste se lo transmitiría a Marisela, al final era lo mismo.
En ese momento, en el hospital privado.
Eduardo podía ser dado de alta hoy, pero aún no había regresado a la mansión. Ya se había contactado con los padres de Daniel para que "disciplinaran y controlaran" a Isabella.
La situación lo sorprendió un