—Isabella —cuando terminó el tema anterior y Isabella dejó de compartir, Daniel habló.
Isabella levantó la cabeza, y la expresión feliz de su rostro se congeló completamente al escuchar las siguientes palabras de Daniel.
Su cuerpo se tensó, sintió algo de pánico, y luego inmediatamente usó su táctica infalible: llorar.
—Daniel... ¿fuiste tú quien se lo contó a papá y mamá? —preguntó Isabella entre sollozos.
¿No habían acordado antes que no les contaría sobre lo que había hecho en el país? ¿Por qué Daniel no cumplía su palabra?
—No fui yo quien se lo dijo —respondió Daniel.
Isabella lo miró así con las lágrimas cayendo a raudales. Daniel se sintió muy dolido al verla y le pasó un pañuelo.
—Papá y mamá lo investigaron por su cuenta. El motivo fue que los Cárdenas querían garantizar la seguridad de la ex esposa de Lorenzo, y como tú secuestraste a Marisela la vez pasada, se pusieron desconfiados y preocupados —explicó Daniel.
—Esa vez me equivoqué... —Isabella lloró aún más fuerte.
—Pero