Después la obligaron a vivir en casa, además no eran de la misma facultad, no se encontraban en clases, y menos aún a la hora de comer, ya que la señorita Bustamante simplemente no iba al comedor universitario.
En fin, el campus era tan grande que Celeste no podía encontrar a Marisela, aunque fuera a esperar afuera del edificio de su facultad. Pero Marisela estaba muy ocupada, y varias veces se fue sin verla.
Sin embargo, el cielo ayuda a quien persevera, finalmente logró "atraparla", y entonces le preguntó si quería compartir una habitación doble, ya que ella podía arreglar el cambio de dormitorio.
—No pensé... que en primer año te hubieras fijado en mí.
Marisela escuchó mientras Celeste enumeraba todas esas cosas que ella casi había olvidado, como en qué competencias específicas había participado en primer año, o cuál había sido celebrada en la pantalla electrónica.
—Por supuesto que sí, eras muy llamativa, y además vivíamos en el mismo dormitorio. ¿Cómo no me iba a fijar? —dijo Cele