Lorenzo cerró los ojos, las lágrimas silenciosamente deslizándose por las comisuras de sus ojos.
En este momento su estómago también comenzó a reaccionar, retorciéndose y apretándose, el dolor lo hizo acurrucarse.
Con esfuerzo buscó en su bolsillo y sacó el teléfono, llamó a emergencias, luego con sudor frío en la frente, apretó los dientes fuertemente.
Llegó la ambulancia, los guardaespaldas que vigilaban en las salidas del complejo vieron cuando sacaron a la persona y se enteraron de la situación, rápidamente siguieron y reportaron al mayordomo.
Esta era una zona residencial, había otros residentes en el mismo piso, estar en la puerta causaría problemas, por eso vigilaban desde afuera.
Pero no esperaban que el señor Cárdenas tuviera un accidente, y que él mismo hubiera llamado a emergencias, no se atrevían a pensar qué habría pasado si se hubiera desmayado directamente.
El mayordomo sin dormir en plena noche se apresuró a ir al hospital, se enteró de que era espasmo gástrico causado