Capítulo 566
Si los testimonios de los paparazzi se podían falsificar, en la vigilancia Isabella había abierto la estufa de gas de la cocina a medianoche...

—No mentí, ¿verdad? Será mejor que no te ciegues por el afecto familiar y pierdas la capacidad de distinguir el bien del mal —dijo Lorenzo con desdén.

Daniel levantó la cabeza para mirarlo, con ojos fríos y severos.

Aurelio, temiendo que volvieran a pelear, se acercó nervioso para "explicar":

—Señor Acosta, nuestro señor Cárdenas no quiso decir eso, él quiere que usted vea las cosas de manera integral...

—¡Eso es exactamente lo que quise decir! —dijo Lorenzo directamente.

Aurelio: ...¡Dios! ¡Señor Cárdenas! ¡No eche más leña al fuego!

—Daniel, te he dado suficiente respeto. Mi asistente te invitó tres y cuatro veces y tú rechazaste, yo personalmente te llamé, y cuando subiste no me enojé contigo —Lorenzo miró directamente a los ojos del hombre.

—Al contrario, fuiste tú quien creyó las palabras de un solo lado de Isabella, me insultaste de maner
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