—¡He descubierto cómo es realmente, esa mujer es absolutamente malvada!
Mientras Lorenzo despotricaba, Isabella, con la cabeza baja, esbozó una sonrisa que desapareció al instante.
Aunque había pedido el día libre completo, Lorenzo volvió al trabajo al mediodía.
Isabella permanecía en el hospital; aunque había recuperado la consciencia, seguía un poco mareada, y él estaba tranquilo sabiendo que allí la cuidarían.
Debido a este incidente, Lorenzo emanaba un aura de mal humor.
Marisela estaba celosa de Isa y enloquecida había provocado esta fuga de gas para que todos murieran, incluyéndolo a él. ¡Era una terrorista extremista!
Aurelio notó el mal humor de su jefe, que en la breve hora de la tarde ya había estallado tres veces. Cuando fue a recoger unos documentos, se armó de valor para preguntar.
Aunque un subordinado no debía entrometerse en la vida privada de su jefe, necesitaba entender por qué el señor Cárdenas estaba tan enojado para evitar temas delicados.
Lorenzo inicialmente no q