—Oye, ¿realmente te divorciaste del señor Cárdenas?
—Eh, no tengo malas intenciones, si no quieres decir no hay problema... —se apresuró a agregar.
Marisela asintió, con voz tranquila:
—Sí, ayer cuando pedí permiso por la mañana, fue para ir al juicio de segunda instancia.
Al escuchar esto, la colega se veía sorprendida.
Como era de esperarse de un matrimonio de familia adinerada, hasta para divorciarse había segunda instancia, realmente muy complicado.
—Divorciarse también está bien, ser nuera de familia rica no es fácil. Toma la división de bienes y conviértete en una pequeña mujer rica, ¡puedes tener todos los modelos masculinos que quieras! —la consoló la colega.
Marisela esbozó una sonrisa ligera, no dijo nada.
El dinero de Lorenzo no le interesaba para nada, tampoco lo querría.
En cuanto a mantener modelos masculinos...
Mejor olvidarlo, ahora solo se sentía cansada del corazón.
Claramente ayer se había liberado completamente, anoche Matías y Celeste incluso habían celebrado con e