Al escuchar el nombre "señor Cárdenas", todos lo entendieron: resultaba que era el esposo que había venido a perseguirla a la empresa.
Muy bien, parecía que no era un cuarto hombre, seguía siendo la situación anterior de "tres hombres compitiendo por una mujer".
Todos dejaron de comer, este mediodía se llenarían solo viendo el espectáculo. Después de todo, ¿cómo podrían estos trabajadores ordinarios ver una versión en vivo de "rencores de familias adineradas"?
—No estoy loco, sé lo que estoy haciendo y diciendo —Lorenzo miró directamente a los ojos de Marisela y dijo con calma.
—¿Ya estás con Ulises? ¿Desde cuándo están juntos? —Lorenzo la interrogó lleno de celos.
Marisela realmente no tenía palabras para describir lo absurdo que era. Apartó la cabeza, ni siquiera se molestó en responder.
¿Cuándo había estado con Ulises? ¿De dónde sacaba esa conclusión?
Lorenzo aún decía que no estaba loco, ¡era claramente un enfermo mental!
Al ver que Marisela no le respondía, e incluso ya ni lo mira