—Es culpa mía y de papá y mamá no haberte encontrado a tiempo, sino los Cárdenas no se habrían aprovechado tanto —dijo Daniel con autorrepoche y culpa.
Si Isabella hubiera sido desde el principio la señorita de los Acosta, entonces estar con Lorenzo habría sido una pareja perfecta, nadie se habría opuesto.
Eduardo había obligado a Isabella a irse precisamente porque no tenía antecedentes ni familia, ¿no?
En realidad podía entender lo que habían hecho los Cárdenas, las grandes familias siempre buscan matrimonios de igual estatus, eso era normal.
Pero Isabella era su hermana, aún así estaba muy enojado, especialmente por la venganza deliberada de Lorenzo después de dos años.
—No digas eso, nunca los he culpado —dijo Isabella siendo abrazada por el hombre, oliendo su agradable perfume, llorando.
—De todas formas fui muy tonta, me dejé engañar, me lo merezco.
—No digas eso, tú no fuiste quien tomó la iniciativa, todo el tiempo fue ese canalla de Lorenzo armando la trampa deliberadamente —s