Era un mensaje del abogado sobre el juicio de mañana, preguntándole si iba a representar al señor Cárdenas en la corte.
Aurelio inmediatamente se quedó paralizado.
Mañana, segunda vez, definitivamente ganar...
¿Acaso el señor Cárdenas se refería a...?
—Aurelio, ¿qué pasa? —al escucharlo hablar a medias, el mayordomo preguntó confundido.
—No, no es nada... —se apresuró a decir Aurelio.
—Ya me acordé, ese documento como la primera negociación falló entonces se canceló, lo puse en el rincón más escondido, por eso no lo vi de inmediato.
El cerebro de Aurelio trabajaba a toda velocidad, encontrando una explicación razonable.
—Es un proyecto pequeño, la razón por la que don Eduardo no lo sabe es porque no era necesario que pasara por él.
Anteriormente este proyecto se iba a cancelar y archivar, luego en el interim el señor Cárdenas fue hospitalizado, ahora quiere intentarlo otra vez, definitivamente adquirir esa empresa.
Aurelio inventaba razones sin pestañear ni ponerse nervioso.
El mayordo