—¿Empezaste a aprender a bailar desde pequeña? Dominas muchos tipos de baile y puedes manejarlos todos, como una bailarina nata.
—También he bailado con otras compañeras, pero ninguna tiene tu flexibilidad corporal, ni tu gracia.
—En el chachachá tu sentido del ritmo era muy fuerte, te metiste en el ambiente muy rápido, tu sonrisa era radiante y deslumbrante, como una chica tibetana apasionada bajo las montañas nevadas.
...
Él la halagaba, pero la chica no respondía, sabiendo que era tímida, él tampoco insistió en romper el hielo.
Como un cazador activo, mientras la atmósfera progresaba, su mano izquierda se movió ligeramente, tomando activamente la mano suave de ella.
Al mismo tiempo, la otra mano que había estado rodeando ligeramente su cintura también se apoyó suavemente, llevándola en un gran giro.
Terminó el vals, los dos se habían complementado perfectamente, disfrutando la brisa marina, conversando, ahora podían dar un paso más.
—¿Cuántos años tienes? —preguntó Germán—. ¿Aún est