Del otro lado del teléfono, Ulises se sintió impotente ante las críticas.
—No es así, Marisela y yo ya hicimos las paces, ahora nuestra relación está bastante bien —se defendió Ulises.
—Ja, ja, quién te va a creer... —Germán mostró desdén y puso los ojos en blanco.
—Marisela prefiere sufrir en ginecología antes que mencionarte una palabra.
Al escuchar esto, Ulises frunció los labios y se quedó en silencio.
¿Era tan difícil pedirle ayuda? Era solo cuestión de una palabra, ¿por qué Marisela prefería ir al hospital antes que hablarle?
Ya se conocían, su relación se había suavizado, aunque no fueran amigos, pero como hermano de una buena amiga, pedir ayuda no debería ser gran cosa.
—Así que no te excuses, aunque ahora te hayas reformado, la chica tiene traumas psicológicos —continuó "acusando" Germán del otro lado.
Ulises se sintió impotente.
—Iré a hablar con ella personalmente —dijo.
—¡Ay, no! Mejor considera que te estoy pidiendo el favor a ti, no le digas nada —lo detuvo Germán.
—Tú so