Hoy era viernes, mañana sería sábado.
El fin de semana pasado él había bromeado y jugado a propósito, Marisela se lo había tomado en serio, y realmente se preparaba para cocinarle.
Sus labios se curvaron en una sonrisa que ni él mismo notó, abrió la conversación para responderle.
En ese momento, en el supermercado.
Marisela escuchó el sonido de notificación de su teléfono, lo tomó para ver, pero eso la puso en un dilema.
【Como quieras, comeré lo que sea que hagas.】
Marisela se detuvo, frunciendo ligeramente los labios.
Escribió algo y lo borró, finalmente le preguntó qué era lo que no comía.
Lo que le gustaba tal vez no se le ocurriría de inmediato, pero lo que no le gustaba seguramente podría responderlo.
Pero el resultado fue que él dijo:
【No soy exigente con la comida.】
Marisela no sabía qué decir.
Está bien entonces.
¿Y los sabores? Eso sí debería tener alguna preferencia.
¿Prefería algo ligero o le gustaba picante? ¿Sabores agridulces o salados?
La vez anterior le había cocinado c