Él se fue, y luego pensó con perplejidad:
¿Quién es ese tal Davidson? ¿Qué correo es tan importante? El señor Cárdenas parecía no poder esperar a saberlo.
Y la reacción del señor Cárdenas hoy también fue un poco extraña, cuando le preguntó no quiso decir nada.
En el centro de detención, dentro de la ventana de visitas.
Lorenzo colgó el micrófono y lentamente se dio vuelta, luego su cuerpo rígido como madera seca se movió paso a paso hacia afuera.
Su contraseña de correo no había cambiado en todos estos años, también era su contraseña habitual, que usaba para todo tipo de software o para encriptar documentos privados.
Y el origen de esta contraseña...
Eran las iniciales del nombre de Isabella más su fecha de nacimiento.
La había usado desde la universidad.
Como se había acostumbrado durante años, casi nunca pensaba en este aspecto, pero hoy al pronunciarla de repente, inmediatamente hizo la conexión.
No era nostalgia, porque la Isabella de ahora solo le causaba disgusto y odio, lo que r