Celeste ya no pudo soportarlo más. Ulises era realmente malicioso por dentro, ¿qué clase de habilidad era molestar a una chica?
En solo un segundo, Marisela ya había pensado en la respuesta más perfecta, y sonriendo dijo:
—Señor Bustamante, su atractivo es porque usted como persona es guapo, así que no importa si es normalmente o hoy.
Al escuchar esto, Ulises no pudo evitar que se le curvaran las comisuras de los labios.
A veces no odiaba tanto las adulaciones de otros, como en este momento, se sentía bastante bien.
—Simplemente perfecto, una respuesta de alta inteligencia emocional —dijo Celeste levantando el pulgar hacia Marisela con admiración.
—Sube al auto, ¿no te molesta el sol? —le dijo Ulises a Marisela.
Al ver que finalmente la había dejado en paz, Marisela abrió la puerta trasera y se subió.
El auto arrancó, el aire acondicionado estaba muy fuerte, y en un momento Marisela se sintió fresca.
Celeste se volteó hacia atrás para conversar con ella:
—Marisela, ¿por qué no traes le