En el centro de todas las miradas, Marisela, bajo docenas de ojos que la señalaban, no pudo evitar cerrar los puños.
No tenía ganas de discutir con Lorenzo, porque todo esto era exactamente lo que ella había querido que él pensara, solo para cortar definitivamente la relación.
—Desde la punta del cabello hasta la uña del pie, en todo eres inferior a Matías.
Marisela levantó la vista, mirando los ojos enrojecidos del hombre, pronunciando cada palabra claramente.
Al escuchar esto, los ojos de Lorenzo pasaron de rojos a color sangre.
Las palabras de Marisela se le clavaron en el alma, ¡para ella él no valía ni un cabello de Matías!
¡Qué golpe tan brutal al orgullo masculino!
Marisela no quería quedarse ahí más tiempo, jaló la manga de Matías para arrastrarlo, Matías la siguió, y ambos se fueron.
—¡Marisela! ¡Te vas a arrepentir! —le gritó Lorenzo a la espalda decidida de la chica.
—¡¡Te voy a demostrar lo pésimo que es tu criterio!!
Al escuchar esas dos frases del hombre, llegando a la es