—En realidad él debe querer realmente comer contigo —dijo Marisela después de que Celeste terminara de quejarse.
—Pero no malinterpretes, es solo de amigos que no se han visto en mucho tiempo, así que se reúnen para ponerse al día.
—¿Quién es su amiga? Él es amigo de Ulises —dijo Celeste haciendo una mueca.
No había ninguna reunión de viejos amigos, entre ellos dos ni siquiera había razón para verse.
¿Acaso no era obvio viendo que en estos seis años él nunca la había buscado?
Pero justo después de que Ulises regresara, de repente se obsesionó con querer verla.
Por eso decía que Germán solo estaba hablando por hablar, lo hacía a propósito.
Solo la estaba usando, en realidad no quería verla para nada.
—No acepté —dijo Marisela.
—No hay necesidad de hacerle caso. Ese banquete de agradecimiento, que se lo coma o no, si no come hasta te ahorras el dinero de una comida —resopló Celeste.
—Lo invitaste varias veces, él no supo valorarlo, e incluso me usó para rechazarte. Hombre despreciable.
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