Aunque no sabía cómo se había enamorado de ella, hace un mes aún estaba pegado como chicle con Isabella, en plan romántico.
Incluso el viernes pasado, esos quinientos mil dólares habían sido pagados por él para Isabella.
Pensando en esto, Marisela se despejó aún más.
E incluso derribó la percepción que había tenido hace un momento sobre que Lorenzo la quería.
Hasta sintió náuseas y asco, claramente malestar físico.
Había aconsejado a Celeste que no pensara en las motivaciones de Germán para acercarse a ella, pero cuando le tocó a ella también se puso a pensar profundamente, casi se queda abstraída.
Por supuesto, no era que su corazón muerto hubiera revivido, solo que no debería pensar que Lorenzo tenía sentimientos por ella.
Un hombre que hace un mes estaba en la cama de otra mujer, y ahora de repente le lloraba confesándose, diciéndole de su amor...
¡Ese tipo de hombre era repugnante!
Marisela estaba un poco molesta y muy enojada, sintiendo que se había convertido en objeto de los jue