Marisela siguió sin reaccionar.
—...Diez minutos, no puede ser menos —dijo Lorenzo apretando los dientes.
El jefe comercial vio el título de los documentos en las manos del señor Cárdenas, efectivamente coincidía con el proyecto de esta negociación, así que le dio un codazo a Manuel.
Manuel se volteó, el jefe comercial le hizo señas con los ojos para que hablara, Manuel le respondió con la mirada:
[¿Por qué no hablas tú?]
Jefe comercial: [Marisela es tu subordinada, tú tienes más peso.]
Manuel suspiró resignado.
Esto era equivalente a vender el tiempo de Marisela para lograr las condiciones de cooperación, y al principio había dicho que Marisela no necesitaba hacer nada, ahora realmente no podía mostrar la cara.
—Señor Cárdenas, por favor tome asiento, Marisela tú también, hablemos despacio —dijo Manuel forzando una sonrisa.
Marisela miró a su jefe, suspiró internamente, luego miró a Lorenzo y dijo:
—Diez minutos, ¿verdad? Acepto, pero después de la negociación.
Después de todo, quién