El director se quedó estupefacto, casi a punto de desmayarse de miedo...
***
Lorenzo cargaba a Celeste y se fue de la habitación a grandes pasos. Andrés lo alcanzó:
—Pero jefe, si la señorita sigue siendo así, ¿quizás sería mejor obedecer el consejo de los médicos...?
—¿Dejarla que esos mediocres médicos la torturen?
Lorenzo se detuvo bruscamente y su mirada se enfrió hasta parecer que iba a devorarlo vivo.
Andrés se estremeció y titubeó:
—No era esa mi intención, jefe... Solo temo que, si se retrase el tratamiento, ella nunca despierte...
—¡Claro que despertará!
Lorenzo lo dijo con frialdad, y también con firmeza.
Andrés se sorprendió, pues había escuchado a los médicos discutir lo complicado del estado de Celeste. Incluso los profesionales dudaban que fuera a despertar, ¿pero Lorenzo insistía en que lo haría?
Lorenzo no permitiría que Celeste siguiera recibiendo esas malditas terapias de electroshock. Aunque ella no gritara de dolor, a él le dolía en el alma.
—Ve y haz que la den d