Capítulo 100
Celeste había previsto que este caso se iba a correr por toda la empresa.

—Si te digo que no la soy, ¿me creerás? —dijo Celeste.

—No me pareces una persona así. Pero, después de tu ausencia, Joana ha estado muy cerca del jefe. Siempre la lleva a todas las reuniones a las que asiste —comentó Camilo.

En realidad, se sintió bastante impotente. Tenía una sensación de que él también iba a perder su trabajo.

Celeste no se sorprendió nada del favoritismo que Joana había obtenido. Solo le dijo a Camilo indiferente:

—Ten más cuidado con Joana.

Ella no tenía muchas cosas. Pronto, todo ya estaba arreglado. Abrazando la caja, salió de la puerta de la oficina y escuchó la notificación de la llegada del ascensor.

Su corazón dio un vuelco. Luego se escucharon unos pasos acercándose sin prisa. Cuando ella levantó la vista, se encontró con los ojos profundos del hombre. Parpadeó ligeramente.

Lorenzo vestía un traje azul, con los botones de la camisa abrochados hasta arriba y una corbata del mismo colo
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