—La próxima vez que vea al dueño de la tienda, le contaré tu opinión para que recupere el sabor origina —dijo Jacob con una expresión alegre y una sonrisa suave.
Ya hacía mucho tiempo que no desayunaban juntos, y este era el momento más armonioso entre ellos desde que él regresó.
La próxima vez...
A Jacob no le gustaban los sándwiches, pero quería decir que él iría a comprarle desayuno cada día. Celeste dejó la comida y lo miró fijamente:
—¿Realmente podrá recuperar el sabor origina después de que decirle mi opinión?
La mirada de Jacob se desvió al instante, dejó los cubiertos y lo miró con calma.
Celeste continuó:
—Algunas cosas han cambiado, y ya no serán las misma de antes. Por más que intentes recrearlo, no podrá ser igual, ¿no es así?
Jacob se puso nervioso:
—¡Pero la receta no ha cambiado! Sigue siendo igual que antes…
Celeste sonrió y lo miró seriamente:
—Pero las personas han cambiado, ¿no es así? Ya no es la misma persona de antes, y aunque haga lo mismo, el resultado será dis