—Entendí perfectamente, no necesito que te justifiques —gruñó ella intentando nuevamente apartarse de su cuerpo.
—Aisha, no…
El sonido de pasos acercándose hizo que se quedara callado por un momento y ambos vieron cuando Kian y Dana los miraron desde la orilla.
Aisha se sintió incómoda, atrapada y enseguida se liberó ante la distracción de Kieran.
—Lo siento chicos, queríamos saber si estaban bien —habló Dana incómoda.
Aunque Aisha sabía que no habían ido por ella precisamente. Había resultados ser una sorpresa encontrarla junto a él.
Sus mejillas enrojecieron de vergüenza mientras comenzaba a caminar hasta la orilla.
—Luna Dana, varios machos intentaron llevarme. Estamos limpiándonos la sangre de ellos —se justificó buscando darle un sentido de que ambos estuvieran juntos y dentro del río.
El Alfa Kian por primera vez la miró con curiosidad poniéndola nerviosa y luego desvió su atención hasta su hijo arqueando una ceja como si supiera exactamente lo que pasaba entre los dos.
Kieran s