El eco de las risas de las hembras que estaban detrás del su puerta resonó y aunque Aisha intentó ignorarlas, no pudo hacerlo por más tiempo cuando su nombre fue pronunciado junto al de Kieran.
—Es obvio que hay algo entre los dos pero el Alfa se siente demasiado avergonzado de declararla su hembra, incluso cuando la tensión entre ambos es evidente.
—¿Qué puedes esperar? Cualquier macho, en su sano juicio, solo la vería como su zorra. Ella es una Omega, solo sirven para tener sexo ¿Recuerdas? —habló Talía evidentemente para sacarla de quicio.
Era obvio que ella estaba en la ducha.
—Bueno… —habló una hembra un poco más tímida—. Incluso aunque nosotras seamos del Norte como tal y hayamos ido a parar al orfanato del Oeste no me parece justo que hablen así, ¿Acaso olvidan que la Luna Dana es una Omega? Ella hizo demasiado por su pueblo, es una guerrera y sigue asumiendo su papel.
El silencio de las demás fue una satisfacción para Aisha. No sabía quién era que ella hembra, pero ahora defin