—Háblame, ¿Qué estás pensando?
Aisha vaciló sin saber si debía contarle o no pero finalmente suspiró y abrió su boca para contarle sus inseguridades observando su pecho porque no quería mirarlo a la cara.
Estaba demasiado avergonzada.
—A veces me pregunto si lo nuestro es posible.
Kieran enseguida se tensó ante su repentina confesión tímida. Su mano grande cubrió la barbilla de ella haciendo que Aisha alzara la cabeza y lo mirara a los ojos.
—No sé quién te metió algo en la cabeza pero no me gusta —gruñó el macho inclinándose más cerca de la hembra—. Somos perfectos juntos…
—Quizás ellas tienen razón y yo no soy lo suficientemente buena para ti. Eres un híbrido muy fuerte, pronto serás nuestro Alfa y la realidad nos alcanzará.
Le daba tristeza admitir aquello pero de cierta manera sabía que ellos tenían razón. El linaje de Kieran era demasiado bueno como para mezclarse con uno desconocido, si quizás hubiera sido su compañera, las cosas serían diferentes, sin embargo, este no era el ca