—¿Estás cien por ciento segura de qué esto no le hará más daño a los nuestros con esto que estás haciendo? —preguntó Asher después de que Katherine y su padre hubieran hecho un plan para proteger a su madre.
Su deber como próximo gobernante era proteger a la manada.
Lamentablemente su madre había muerto pero debía seguir protegiendo a los suyos, su padre se había vuelto loco de dolor sin poder controlarse y él era quien debía preservar la manada con la ayuda de su abuelo.
Solo había venido al pasado para buscar a su hermana y que ella no hiciera una estupidez.
Katherine lo miró aturdida antes de fulminarlo con la mirada.
—¿Realmente eres tan frío Asher? ¿No te importa nada mamá?
El macho apretó la mandíbula, tratando de mantener la calma que amenazaba con mostrarse en sus facciones.
Claro que le importaba.
Amaba a su madre más que a nada y la había llorado, seguía doliéndole como el primer día que la había visto sin vida pero debía mantener la cabeza fría y no ahogarse en el dolor de