Sus cachorros no le habían dicho quién ni cómo se veía ese Alastar, sin embargo, todo lo quería hacer, era matar al tipo que tenía frente a él, por intentar robarle lo más preciado que tenía, Aisha.
Después, buscaría a Alastar y también lo destrozaría.
Todo quien intentar amenazar a su familia, perecería en sus manos.
Kieran ni siquiera le prestó atención a todos los lobos que lo rodeaban, sus ojos estaban fijos en el macho frente a él. La ira estaba burbujeando en sus venas. Escuchó aquella conversación del bastardo frente a él, estaba intentando manipular a su hembra para que se casara con él.
¿Qué hubiera pasado si hubiera llegado minutos después?
“Le habríamos arrancado la garganta y jamás hubiéramos permitido ese vínculo.”
Rugió su lobo furioso en su interior, y por primera vez, estuvo de acuerdo con la violencia. En este momento no había lugar para la calma.
Incluso si se hubieran vinculado que lo hubiera matado. De todas maneras, su hembra solo era suya.
Vio que Roderick miraba