Matt se bajó del largo vuelo hasta Escocia, que por muy VIP que fuera igual ya lo tenía desesperado y más que preocupado, por no saber qué se iba a encontrar cuando llegara.
Jack no quiso darle muchos detalles por el teléfono, pero ya se imaginaba que las cosas no deberían andar muy bien y menos con las arpías de su familia, ahora que veían la posibilidad de repartirse la herencia de su abuelo.
No entendía muy bien el asunto de la esposa y el hijo, si su abuelo quería apoyarlo, bien podría dejar un testamento y punto, toda esa mentira le parecía un ridículo y no se iba a inventar del aire algo que no existía.
Hablaría con su abuelo y le diría la verdad, no tenía esposa y mucho menos un hijo.
El chofer de su abuelo ya lo esperaba en el aeropuerto, el viejo Finlay siempre puntual, callado y leal.
Sacarle algo a él, era algo así como una hazaña, así que Matt no perdió tiempo en intentar sonsacarle nada.
Miró el hermoso paisaje a través de la ventana y se dio cuenta de lo mucho que había