POV: Dante
No me gusta subir a análisis de riesgo sin avisar.
Cada visita altera el piso: teclas que se frenan, conversaciones que se cortan. Normalmente es útil. Hoy no.
Hoy quiero verla.
El ascensor marca el treinta y uno con un “ding”. Las puertas se abren y el olor a café recalentado me recibe primero. Luego, por debajo, lo que realmente me trajo aquí: ese rastro cálido que ya reconozco como propio.
Aurora.
No necesito verla para saber en qué zona está. Sigo la dirección en la que el aire cambia, donde el perfume barato y el desinfectante ya no alcanzan para tapar lo que ella es.
La encuentro en su cubículo, de perfil. El cuerpo inclinado hacia la pantalla, los dedos apretando el mouse. A su lado, la analista del cubículo contiguo, la misma que ayer no se despegó de ella, con expresión alerta.
Me detengo a unos pasos.
En la pantalla, lo primero que reconozco no es el logo de la empresa.
Es una línea.
“Programa Aurora – cohorte 03”.
Por un segundo, el piso entero se queda en silenc