Mundo ficciónIniciar sesiónEl trayecto no era largo, y ella ya estaba acostumbrada, pero esa noche el paseo parecía mágico, luciérnagas danzaban a su alrededor, iluminando su camino como pequeñas estrellas en miniatura, cada destello hacía que el aire se sintiera más ligero, casi irrepetible y Aileen no pudo evitar suspirar de satisfacción mientras avanzaba hacia el otro extremo del puente, llevando consigo la sensación de que la noche entera le pertenecía. Al llegar a casa, Eleonor la recibió con un abrazo lleno de cariño, Aileen le devolvió un beso en la mejilla y se acomodó en una de las sillas altas de la isla, observando a su abuela mientras preparaba la cena.
— ¿Y cómo te fue en tu cita con Masón? — preguntó Eleonor con una sonrisa cómplice.







