Aileen entró al salón con desgano, el pajarraco sobre su cabeza dando pequeños brincos, mientras sus amigas avanzaban delante de ella, Thomas caminaba detrás, terminando su jugo y lanzándole miradas cómplices, apenas cruzó la puerta, Leo estaba apoyado en la esquina con sus amigos, observándola con esa sonrisa confiada que la sacaba de quicio.

— ¡Hey, gordita! — gritó desde lejos, lanzándole un beso tronado que voló por el aire — Hoy luces más peligrosa que nunca, pero igual hermosa. — los amigos de Leo soltaron risas bajas, y Aileen sintió cómo se le subía la sangre a la cabeza.

Sin pensarlo, tomó la botella vacía que tenía a mano y se la lanzó con toda la fuerza que pudo, la botella chocó con un "clonk" seco contra la cabeza de Leo, haciéndolo dar un pequeño salto de sorpresa.

— ¡Ay, qué amorosa eres! — exclamó él, tocándose la cabeza y guiñándole un ojo — Aunque me maltrates, sigo enamorado de ti. — un profundo "¡Uuuuuuu!" recorrió el salón, mezclándose con risas y exclamaciones de