Alicia
—¿Dónde estás? Necesito verte ahora mismo. No le digas nada a nadie, tenemos que hablar…
Me tomó llegar hasta la ubicación apenas veinte minutos. No se cómo pude cruzar la ciudad en tan poco tiempo, porque no me acuerdo de nada. Durante todo el trayecto no he podido parar de llorar, me descompongo a cada minuto que pasa y tan solo desearía esconderme en un lugar muy oscuro donde nadie pudiera verme ni encontrarme. Sino fuera por mi hijo, lo único que me pide mi cuerpo y alma es salir corriendo y no volver a ver a ese malnacido nunca más.
Me resulta tan extraña esta dirección. Se trata del barrio de Chamberí, de la zona donde se están rehabilitando muchas viviendas y edificios completos para convertirlos en residenciales de lujo.
No me puedo haber equivocado, este es el edificio y debo subir al ático, pero es extraño, exceptuando las zonas comunes el resto no veo luz que provenga de dentro de los pisos, es como si estuviera sin vida. Timbro al ático y sin más me recibe la domó