Laura salió de la oficina de Alex con el pulso acelerado y el corazón aún latiendo con la adrenalina de la confrontación. Había logrado superar una prueba, pero sabía que la batalla apenas comenzaba.
La sensación de victoria se desvaneció rápidamente en medio de la incertidumbre que la acompañaba. Mientras caminaba hacia su escritorio, su mente estaba en un torbellino de pensamientos.
"¿Y ahora qué?", se preguntaba Laura, sintiendo que la presión volvía a establecerse como una nube oscura sobre ella. "¿Y si Alex se vuelve a poner pesado? ¿Y si no es suficiente lo que hice? ¿Y si me vuelve a humillar?" La inseguridad se instaló de nuevo, como un viejo amigo que se negaba a dejarla en paz.
Al llegar a su escritorio, encontró a Marta y Carlos esperando, sus miradas llenas de preocupación. “¿Cómo te fue, Laura?” preguntó Marta.
“Fue… complicado. Pero hice los cambios que me pidió. El informe está completo ahora”, respondió Laura, tratando de sonar más segura de lo que realmente se sentía.