El primer rayo de sol filtrándose por las ventanas de Los Laureles anuncia un nuevo día lleno de promesas y desafíos. Laura llega temprano a la oficina, aún con el rostro fresco de la noche anterior, pero con una determinación firme en sus pasos. Sabe que en su puesto, cada minuto cuenta y que la organización y la preparación serán fundamentales para mantener el control en medio de la tormenta que aún rodea a la empresa.
Al ingresar, la quietud en el vestíbulo le indica que todavía es temprano, y eso le permite avanzar sin interrupciones hacia su oficina.
La luz suave de su escritorio le da una sensación de calma en medio del caos que ha rodeado los últimos días. Sabe que debe aprovechar ese momento de silencio para preparar todo lo necesario para la jornada, especialmente un documento que, por un descuido, su jefe Alex había perdido.
Mientras revisa su agenda, se acuerda de la llamada que tuvo con Alex la noche anterior, en la que le comentó que un archivo importante, que contenía da