La tensión en la oficina aumentaba, y Alex, preocupado por la situación, convocó una reunión con todos los empleados.
Quiso aclarar que la competencia sana era bienvenida, pero que cualquier comportamiento que pusiera en riesgo la integridad del trabajo sería sancionado severamente. La reunión fue breve, pero efectiva.
Algunos colegas miraron a Clara con cierta desconfianza, mientras que otros, como Laura, mantuvieron la compostura.
En ese momento, Laura decidió que necesitaba una estrategia más concreta. No solo para defenderse, sino también para descubrir qué quería Clara realmente. ¿Era simplemente envidia? ¿O había algo más oscuro detrás de esa rivalidad? Recordando los viejos casos de sabotaje en otras empresas, pensó que quizás había un motivo oculto, un interés que iba más allá del simple ego herido.
Esa tarde, en su descanso, Laura se acercó a Alex y le propuso: “Creo que deberíamos tener una conversación con Recursos Humanos. No puedo seguir trabajando en un ambiente donde l