—Me parece bien. —Se cruza de brazos y lo ve con una sonrisa boba mientras se bañaba.

—¿Mi familia se ha enterado? —pregunta mirando a Sam y está niega con la cabeza.

—Todos creen que estás en asuntos de negocios con Ascher —dice sin más y Ale comienza enjabonarse.

—Está bien, ¿Cómo te sientes? ¿El bebé está bien? —Por un momento Sam se extraña, tiene un mal presentimiento.

—Yo estoy feliz y seguramente él o ella están bien ya que su padre volvió. —Le sonríe a pesar de que siente algo extraño en el ambiente.

—Eso me alegra amor, porque ustedes son mi vida —lo dice muy en serio.

—Por cierto, creo que volveremos a vivir en Argentina —Ale le presta atención, está desorientado—, mientras no estabas, me llamaron de un programa en dónde hiciste el casting, te ganaste el papel —le informa, pero Ale no se veía muy emocionado.

—Recuerdo que coloque tu número por si acaso, ya que con tantos negocios que atender, temía no responder esa llamada —sale de la ducha—, pero en este momento no me impor