—Ojalá sea niño, así será un mini tú, las niñas son problemáticas. —Ale la ve como si estuviera loca.
Y considerándolo bien, sea el sexo que sea, es mejor que no esté chiflado como la madre, eso sería el colmo. Ale esperaba el momento de escapar de Lourdes y estar con Sam, aunque si escapa de Lourdes, su bebé podría correr peligro, y sin importar que tal vez es un error tener un hijo con Lourdes, se trataba de la vida de un pequeño o una pequeña, un bebé que no tiene la culpa de nada.
***
—¡Maldita sea! —Agustín se frustra porque Lourdes sigue ignorando sus llamadas.
—Agustín… —Al mencionar su nombre él volteó a verla.
—¿Si? ¿Qué haces aquí? —Sus emociones estaban demasiado transparentes que no podía evitarlo.
—Eso te pregunto yo a ti, estaba hablando contigo y nuevamente te fuiste, desde el día de la bomba en el restaurante has estado actuado extraño, ¿Qué pasa? —Se cruza de brazos, Sam presentía que algo le estaba ocultando.
—Nada… —Sam iba a seguir hablando, pero alguien la interru