—Amor, acá están las empresas principales que debo manejar, realmente no estaré estable en un sitio, estaré viajando siempre, simplemente que cuando esté de viaje, quiero que alguien te cuide mientras no estoy. —Ella le pone los ojos en blanco.
—Tienes putos guardias en la casa, trajiste a dos guardaespaldas Alessandro, ¿Crees que estaré insegura con mis padres? —Estaba molesta.
—Amor, no es suficiente, con eso no estoy diciendo que tus padres no sepan protegerte, es que no tienen los recursos amor. —Trata de acercarse a ella, pero se aleja.
—No me importa, me iré con mis padres. —Se voltea y comienza a caminar por los pasillos directo a las habitaciones.
—¡Samantha! —Vuelve a tomarla—. ¡Maldición! ¡Escúchame! —Ella lo mira enojada y él suspira, tenía que decírselo—, Amor, no te quería contar para cuidar a nuestro bebé y a ti.
—¿Qué sucede? —Él aprieta sus labios.
—Amor… —Sam lo interrumpe.
—¿Qué sucede? ¡No más secretos Alessandro! —grita.
—Amor. —Agacha su rostro—. Lourdes coloco u