—Está bien. —Mira a sus escoltas—. Ustedes se quedarán vigilando mientras que nosotros iremos a rescatar a Alessandro. —Los cuatro hombres asintieron y se pusieron en marcha.
Aunque podía existir la posibilidad de que Agustín tuviera razón, nunca está demás revisar el lugar, Lourdes es muy impredecible por muy tonta que se vea.
Ascher, Agustín y los cuatro hombres se acercaron al almacén, rodearon el lugar y revisaron hasta confirmar que estaba despejado, una vez listo, Ascher y Agustín entraron al almacén. Todo estaba destruido y cada pequeña habitación no había puerta, así que esto podría ser muy fácil. En el primer piso no encontraron nada y en el segundo había cinco puertas.
—¡Alessandro! —Llama Ascher por los pasillos, espera que esté responda para no perder su tiempo.
—¡¿Ascher?! —Reacciona y trata de hacer ruido con su reloj contra el espaldar de metal la cama.
Ascher y Agustín se guían por el sonido, y corren hasta la última habitación del pasillo, llegan a él y confirman que