La luz se filtraba por el enorme ventanal, pero no quemaba mi cuerpo ya que el vidrio era polarizado.
Me encontraba desnuda, con el cuerpo agarrotado y los músculos adoloridos. Lo único que me cubría era la delgada sábana, ya que en algún punto de la noche, la lencería había terminado destrozada en el suelo.
El brazo de Frederick estaba envuelto en mi cintura, como si se negara a dejarme escapar. Mi cabeza descansaba sobre sus pectorales desnudos. Podía sentir su respiración profunda y pausada. Mis piernas estaban entrelazadas con las suyas.
Miré su rostro. Aparentaba estar tan relajado y fresco, como si le hubieran dado un masaje premium antes de dormir. Como si anoche no me hubiera devorado como un animal salvaje.
Mientras yo estaba aquí, recogiendo cada pedazo de mi cuerpo destrozado por esa intensa noche de pasión. Con mis caderas adoloridas por sus embestidas y la garganta desgarrada de tanto gemir.
Evalué mi cuerpo desnudo, pasando una mano por mi vientre. Recuerdo haber caí